lunes, 30 de noviembre de 2009

San Andrés, Apóstol


Andrés, natural de Betsaida, primero fue discípulo de Juan Bautista, más tarde siguió a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Junto con Felipe, introdujo en presencia de Cristo a unos gentiles, y también fue él quien hizo saber a Jesús, cuando la multiplicación de los panes, que había un muchacho que tenía unos panes y unos peces. Según la tradición, después de Pentecostés predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.
"Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y concédenos que, así como el apóstol San Andrés fue en la tierra predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo sea nuestro poderoso abogado ante ti."

sábado, 21 de noviembre de 2009

Nuestro Señor Jesucristo Rey Universal


La fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey Universal, se celebra el último domingo del año litúrgico, cerrando el ciclo en el que la Iglesia conmemora la obra salvadora de Cristo, que se inicia en Navidad y tiene su centro en la Pascua. La Fiesta de Cristo Rey pone el acento en que el Reino de Cristo no es de este mundo, sino un reinado espiritual, de acuerdo con la revelación que hizo Jesús delante de Pilato: "Yo soy rey, y para ello he venido, pero mi reino no es de este mundo".
"Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, rey del universo, haz que toda creatura, libertada de toda esclavitud, sirva a tu majestad y te alabe eternamente".

La Presentación de la Santísima Virgen María

En este día, en que se recuerda la dedicación, el año 543, de la iglesia de Santa María la Nueva, construída cerca del templo de Jerusalén, celebramos, junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la "dedicación" que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada.
"Señor, Dios nuestro, al celebrar esta festividad de la Santísima Virgen María, te pedimos, por su intercesión, nos concedas también a nosotros participar de la plenitud de tu gracia."

jueves, 19 de noviembre de 2009

Santa Isabel de Hungria

Era hija de Andrés, rey de Hungría, y nació el año 1207; siendo aún niña, fué dada en matrimonio a Luis, Landgrave de Turingia, del que tuvo tres hijos. Vivía entregada a la meditación de las cosas celestiales y, después de la muerte de su esposo, abrazó la pobreza y erigió un hospital en el que ella misma servía a los enfermos. Murió en Marburgo el año 1231.
"Dios nuestro que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad".

martes, 17 de noviembre de 2009

La Liturgia

En el número 1068 del Catecismo de la Iglesia Católica leemos:  "Es el misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su Liturgia a fin de que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo".
Consecuentemente todo lo relacionado con la Sagrada Liturgia merece ser objeto de difusión permanente, de manera que nuestras comunidades celebrando los misterios de la fe, testifiquen en sus vidas la presencia de Cristo Salvador y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia (SC 2)
Así pues iremos presentando entradas sucesivas que tendrán por objeto exponer distintos temas litúrgicos de manera sencilla y que puedan ser aprovechados para su mejor comprensión.
Se debe agregar que el Catecismo de la Iglesia Católica en su segunda parte "La celebración del Misterio Cristiano" entre los números 1066 y 1209, contiene los elementos necesarios que deben ser tenidos en cuenta al momento de informarse convenientemente sobre este tema.
Bien, comencemos:

LA LITURGIA

Etimología
El termino liturgia procede del griego clásico, leitourgía ( de la raíz lêit – leôs-laôs- : pueblo, popular; y érgon: obra) lo mismo que sus correlativos leitourgeîn y leitourgós, y se usaba en sentido absoluto sin necesidad de especificar el objeto, para indicar el origen o el destino popular de una acción o de una iniciativa, independientemente del modo como se asumía ésta. Con el tiempo la presentación popular perdió su carácter libre para convertirse en un servicio oneroso a favor de la sociedad.

Liturgia vino a designar un servicio público. Cuando este servicio afectaba al ámbito religioso, liturgia se dirigía al culto oficial de los dioses. En todos los casos la palabra tenía un valor técnico

Uso del término “liturgia” en la Biblia
En el AT: El verbo leitourgeô y el sustantivo leitourgía se encuentran 100 y 400 veces, respectivamente en la versión de los LXX, y designan el servicio cultual de los sacerdotes y levitas en el templo. El término en hebreo es algunas veces shêrêr (cf. Núm 16,9) y otras abhâd y abhôdâh, que designa prácticamente siempre el servicio cultual del Dios verdadero realizado en el santuario por los descendientes de Aarón y de Leví. Para el culto privado y para el culto de todo el pueblo los LXX se sirven de las palabras latreía y doulía (adoración y honor). En los textos griegos solamente, leitourgía tiene el mismo sentido cultual levítico (cf. Sab 18,21; Eclo 4,14; 7,29-30; 24,10, etc.).
Esta terminología supone ya una interpretación, distinguiendo entre el servicio de los levitas y el culto que todo el pueblo debía dar al Señor (cf. Ex 19,5; Dt 10,12). No obstante, la función cultual pertenecía a todo el pueblo de Israel, aunque era ejercida de forma especial y pública por los sacerdotes y levitas.

En el griego bíblico del Nuevo Testamento, leitourgía no aparece jamás como sinónimo de culto cristiano, salvo en el discutido pasaje de Hch 13,2.

En el NT: La palabra liturgia se utiliza con los siguientes sentidos
en el NT:
a) En sentido civil de servicio público oneroso, como en el griego clásico (cf. Rm 13,6; 15,27; Flp 2,25.30; 2 Cor 9,12; Heb 1,7.14)
b) En sentido técnico del culto sacerdotal y lévitico del AT (cf. Lc 1,23; Heb 8.2.6; 9,21; 10,11). La Carta a los Hebreos aplica a Cristo, y sólo a él, esta terminología para acentuar el valor del sacerdocio de la Nueva Alianza.
c) En sentido de culto espiritual: San Pablo utiliza la palabra leitourgía para referirse tanto al ministerio de la evangelización como al obsequio de la fe de los que han creído por su predicación
(cf. Rm 15,16; Flp 2,17).
d) En sentido de culto comunitario cristiano: El texto de Hch 13,2 («leitourgoúntôn») es el único del NT donde la palabra liturgia puede tomarse en sentido ritual o celebrativo. La comunidad estaba reunida orando, y la plegaria desembocó en el envío misionero de Pablo y de Bernabé mediante el gesto de la imposición de manos (cf. Hch 6,6).

Esta reserva en el uso de la palabra liturgia por el Nuevo Testamento obedece a su vinculación al sacerdocio levítico, el cual perdió su razón de ser en la Nueva Alianza.

Evolución posterior


En los primeros escritores cristianos, de origen judeocristiano, la palabra liturgia fue usada de nuevo de nuevo en el sentido del Antiguo Testamento, pero aplicada al culto de la Nueva Alianza (cf. Didaché 15,1; 1 Clem. 40,2.5).

Después la palabra liturgia ha tenido una utilización muy desigual. En las Iglesias orientales de lengua griega leitourgía designa la celebración eucarística. En la Iglesia latina liturgia fue ignorada, al contrario de lo que ocurrió con otros términos religiosos de origen griego que fueron latinizados. En lugar de liturgia se usaron expresiones como munus, oficcium, ministerium, opus, etc. No obstante San Agustín la empleo para referirse al ministerio cultual, identificándola con latría (cf. S. Agustín, Enarr. in Ps 135, en PL 39, 1757.).

A partir del siglo XVI liturgia aparece en los títulos de algunos libros dedicados a la historia y al explicación de los ritos de la Iglesia. Pero, junto a este significado, el término liturgia se hizo sinónimo de ritual y de ceremonia. En el lenguaje eclesiástico la palabra liturgia empezó a aparecer a mediados del siglo XIX, cuando el Movimiento litúrgico la hizo de uso corriente.

Definición de Liturgia en el Concilio Vaticano II

Los documentos conciliares, especialmente la Sacrosanctum Concilium, hablan de la liturgia como un elemento esencial de la vida de la Iglesia que determina la situación presente del pueblo de Dios: «Con razón, entonces, se considera a la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Cristo, es decir, la Cabeza y sus miembros ejerce el culto publico íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica por ser obra de Cristo Sacerdote y de su cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.» (SC 7).

Esta noción estrictamente teológica de la liturgia, sin olvidar los aspectos antropológicos, aparece en íntima dependencia del misterio del Verbo encarnado y de la Iglesia (cf. SC 2; 5;6; LG 1; 7; 8, etc.). La encarnación en cuanto presencia eficaz de lo divino en la historia, se prolonga «en gestos y palabras» (cf. DV 2; 13) de la liturgia, que reciben su significado de la Sagrada Escritura (cf. SC 24) y son prolongación en la en la tierra de la humanidad del Hijo de Dios (cf. CEC 1070, 1103, etc.).

El Concilio ha querido destacar, por una parte, la dimensión litúrgica de la redención efectuada por Cristo en su muerte y resurrección, y, por otra, la modalidad sacramental o simbólica-litúrgica en la que se ha de llevar a cabo la «obra de salvación».

De esta manera, en la noción de liturgia que da el Vaticano II, destacan los siguientes aspectos :
a)es obra de Cristo total, Cristo primariamente, y de la Iglesia por asociación;
b)tiene como finalidad la santificación de los hombres y el culto al Padre, de modo que el sacerdocio de Cristo se realiza en los dos aspectos;
c)pertenece a todo el pueblo de Dios, que en virtud del Bautismo es sacerdocio real con el derecho y el deber de participar en las acciones litúrgicas;
d)en cuanto constituida por «gestos y palabras» que significan y realizan eficazmente la salvación, es ella misma un acontecimiento en el que se manifiesta la Iglesia, sacramento del Verbo encarnado;
e)configura y determina el tiempo de la Iglesia desde el punto de vista escatológico;
f)por todo esto la liturgia es «fuente y cumbre de la vida de la Iglesia» (SC 10; LG 11).

Así pues, en la noción de liturgia que ofrece el Concilio podemos definirla como la función santificadora y cultual de la Iglesia, esposa y cuerpo sacerdotal del Verbo encarnado, para continuar en el tiempo la obra de Cristo por medio de los signos que lo hacen presentes hasta su venida.

Lo litúrgico y lo no litúrgico

Son acciones litúrgicas (lo litúrgico) aquellos actos sagrados que, por institución de Jesucristo o de la Iglesia, y en su nombre, son realizados por personas legítimamente designadas para este fin, en conformidad con los libros litúrgicos aprobados por la Santa Sede, para dar a Dios, a los santos ya los beatos el culto que les es debido. Lo no litúrgico son las demás acciones sagradas que se realizan en una iglesia o fuera de ella, con o sin sacerdote que las presencie o las dirija (a estas también se les llama ejercicios piadosos).

Lo litúrgico «es lo que pertenece al entero cuerpo eclesial y lo pone de manifiesto» (SC 26) y constituye la eficacia objetiva de los actos de culto. Los ejercicios piadosos evocan el misterio de Cristo únicamente de manera contemplativa y afectiva.

La eficacia de los actos litúrgicos depende de la voluntad institucional de Cristo y de la Iglesia, y de que se cumplan necesariamente las condiciones para su validez; por eso estos actos actualizan la presencia del Señor. La eficacia de los ejercicios piadosos depende tan sólo de las actitudes personales de quienes toman parte en ellos. 



(Fuente: La Liturgia Católica)