lunes, 28 de diciembre de 2009

¿QUÉ MPORTANCIA LE DAMOS A LA LITURGIA?

Todos los documentos que se refieren al tema, ubican a la Liturgia en el centro de la vida de la Iglesia.
Desde la Sacrosanctum Concilium nos hemos acostumbrado a definir equivocadamente a la liturgia como fuente y cumbre, cuando en realidad ese es el lugar que debería ocupar.

Sin embargo vemos que en la práctica no es así. Quizás nuestras comunidades parroquiales se centran en ella porque es el momento del encuentro de los fieles, pero muchas veces experimentamos que se cae en un ritualismo por falta de una formación previa y permanente. Cuando queremos formar gente para la actividad parroquial los enviamos a las escuelas de misioneros, o catequistas, pero poco nos preocupamos de su formación litúrgica.
Algo aún más serio es la falta de formación litúrgica en las casas de formación del clero. ¿Cuántas horas cátedra figuran en los programas de teología? ¿Se la estudia como una ciencia transversal y unitiva de los demás contenidos o simplemente queda encajonada en algún horario que sobra al final de los estudios?
Y en nuestras Diócesis ¿existen organismos que se ocupen específicamente de la liturgia como centro de toda la vida diocesana o sólo equipos que organizan las ceremonias? Los Obispos ¿le dan a la Liturgia la importancia que tiene o se dedican más a las cuestiones pastorales y dejan a la liturgia como algo de segunda? ¿Qué nivel tienen los organismos diocesanos si es que existen? ¿Hay otras áreas que sean de rango canónico superior?
Por eso hermanos, recordemos que la Liturgia es el ejercicio del Sacerdocio de Cristo. Por ella Cristo mismo, cabeza y miembros,sigue presente entre nosotros.
Sólo si le damos el valor y el lugar que se merece seremos verdaderos discípulos misioneros. Excluir o dejar en segundo plano a la Liturgia nos transforma en simples y meros asistentes sociales, ocupados de cualquier cosa menos de lo esencial.

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